La tumba está vacía, y nadie sabe dónde está el cuerpo. María Magdalena les dice a los demás acerca de la misteriosa desaparición, pero se dan por vencidos y vuelven a casa. María se queda atrás, llorando, y luego no reconoce el resucitado ante ella. Al pasar los días, cada encuentro del resucitado…